sábado, 5 de noviembre de 2016

La tarea: Ser Socorro

Cuánto tiempo ha pasado desde que abrí este espacio. Ni recordaba que había abierto un blog con este título tan querido para mí. ¡Cuántas cosas han cambiado! La última publicación fue el 1ro de febrero de 2013. Y justo un año después estaría siendo ordenado sacerdote por mi obispo. ¡Qué interesante coincidencia! . En estos días he estado reflexionando desde que estoy en mi nuevo encargo pastoral sobre el porqué de mi vocación. ¿Por qué ser sacerdote? Surgió porque un adolescente me preguntó por qué no había elegido algo mejor, algo en donde fuera más fructífero, algo en donde tuviera más beneficios económicos (algunas personas muy allegadas de seguro leerán entre líneas mis sentimientos ante estas preguntas). . Me fui a la Catedral el pasado 2 de noviembre a ver a la bella imagen del Socorro en su “besamanos”. Y delante de ella recordaba por qué Rafael Enrique quiso ser sacerdote y no seguir su carrera de medicina: Yo también quiero ser socorro de mi gente, yo también quiero que Jesús llegue al corazón de los que sufren, de los que lloran, de los que están desesperados, de los que ya o aguantan. De los que piensan que Dios no los perdona por lo mal que se portaron, de los que no saben cómo continuar, de los que no ven la luz en medio de tantas penumbras y desgracias. Yo quiero ser socorro de los niños y adolescentes, de los jóvenes, de las familias. . En estas fiestas de nuestra patrona, la Virgen del Socorro, digo en mi corazón: “Yo también quiero ser Socorro de Valencia”. Mi ciudad me necesita, porque soy otro Cristo; y no por mis méritos, sino a pesar de mí, de mis deficiencias, de mis cansancios, de mis pecados, para que no se pierda la eficacia de la cruz de Cristo (1Co 1,17), porque Él me fortaleció, se fio y me puso a su servicio (cf. 1Tm 1,12), porque donde abundó el pecado sobreabundó la gracia (Rm 5,20). . Sé que también mis hermanos sacerdotes luchan día a día por esto, que muchas religiosas, religiosos, y especialmente cientos de esos laicos maravillosos de Valencia, luchamos por ser Socorro de Valencia, Socorro de Venezuela. ¡Y ojalá fuéramos los santos que Dios quisiera en esta Venezuela del siglo XXI! Pero para eso aún nos falta mucho. . De todos modos, hay que recordar: Hoy nos toca perseverar firmes frente a la Cruz, como María; y recordar, como en el Gólgota, que nunca estamos solos: Junto a la Cruz de Jesús estaba María la madre de Jesús, María de Cleofás, hermana de María, María Magdalena y el discípulo amado (cf Jn 19,25-26). María siempre está intercediendo por nosotros ante su Hijo Jesús. . Hoy nos toca ser el Socorro de Venezuela, tan golpeada y crucificada como Jesús; tan abusada y maltratada, tan flagelada y coronada de espinas como Él. Hoy yo me sumo junto a muchos. No perdamos la esperanza. Sí podemos seguir hasta vencer el mal en nuestras calles. Comencemos con pequeños pasos; ellos han sido el comienzo de grandes peregrinaciones. El Cielo es la meta, pero el guáramo es necesario hoy. Debemos mantenernos firmes hasta el final (1Co 1,8), pero acompañarnos los unos a los otros. Darnos ánimo, hacernos compañía. . Echa pa´lante, por favor. María lo hizo. Nosotros también podemos, seamos el Socorro de los que nos necesiten. Pbro. Rafael Enrique Paredes López Rafaelparedes1843@hotmail.com

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